En los años 50 y 60, en lo más profundo del campo estadounidense, a los pies de las montañas de Catskill, una pequeña casa de madera con un granero detrás albergaba la primera red clandestina de travestis. Diane y Kate tienen ahora 80 años. En aquella época, eran hombres y formaban parte de esta organización secreta. Hoy relatan este capítulo olvidado, pero esencial, de los primeros tiempos de la transexualidad.